Bien podría ser el título de una película americana en la que el héroe acaba destrozando a todo villano que se cruza en su camino, pero es la metáfora perfecta para describir lo que ayer pudimos contemplar en la última de feria. Media hora antes de que comenzara el festejo diluvió sobre Osuna e hizo que todos nos temiéramos que la corrida no fuera a celebrarse.No voy entrar en valoraciones acerca de los altercados que pudimos presenciar antes del festejo, solo los describiré. Juzguen ustedes mismos. Tras la tormenta los actuantes con sus cuadrillas y apoderados salieron para examinar el ruedo. La empresa también era parte interesada en este hecho. Se notaba perfectamente en la actitud de los rejoneadores quién venía con la resaca de abrir la puerta grande de Madrid y quién quería abrirse paso en este difícil mundo. La actitud de Cartagena fue desafiante y chulesca en algunos momentos hacia los que pedían que comenzara el festejo antes de que lloviera de nuevo. Manuel Alcaide, presidente de ayer, lo tenía claro y por eso tras consultarlo con los diestros sacó el pañuelo para que todo comenzara. Aquí viene lo peor, cuando la Guardia Civil trata de desalojar del ruedo a Cartagena que se niega a torear mientras sus compañeros de terna lo esperaban montados a caballo en el patio y dispuestos a hacer el paseíllo. Gracias a Dios la cosa no pasó a peores y pudieron separar a tiempo a uno de los guardias del rejoneador cuando la cosa peor se ponía.
Lo que vino a continuación no tiene palabras; Andy abandonó el coso y se negó a torear ante los miles de personas que habían venido a verlo y que muy probablemente eran los que pitaban durante el paseíllo increpando al presidente. Todo esto deslució demasiado una corrida que debía servir como colofón de la fiesta. Pero ahí estaban dos jóvenes dispuestos a darlo todo y a demostrarle a ese sector "protestón" del tendido que son auténticos profesionales del caballo.
Moura muestra un estilo muy similar al de su padre en el toreo a caballo. Y es que algunos pasajes de sus faenas nos hicieron recordar la actuación de su progenitor en la pasada feria de nuestro pueblo. El toreo de costado que ejecutó a sus toros dan buena muestra de lo que digo. Salió dispuesto a caldear un frío ambiente dándose un arrimón que demostraba una vez más que el piso de la plaza no estaba tan mal como su compañero pensaba. Colocó 2 rejones de castigo a su primero y lo mató con eficiencia consiguiendo una oreja. El segundo de su lote fue el protagonista de la tarde. Llegó manseando a los tendidos de sol y saltó al callejón limpiamente. Y es que el servicio de plaza tuvo ayer ración extra de trabajo. Le colocó un solo rejón de castigo e hizo de nuevo en la faena las delicias de todos los allí presentes. Consiguió otra oreja con este. Ya en el tercero gozó de un gran ejemplar de la Castilleja que se arrancaba ante los cites del caballo pero que fue perdiendo fuelle hacia en final de la faena. Puso los palos al quiebro con un caballo de pelaje muy vistoso y si no llega a ser por su falta de acierto con el rejón de muerte probablemente hubiera cortado las 2 orejas que finalmente se quedaron en una.
Leonardo Hernández supo estar a la altura de su compañero aunque salió algo menos metido en lo que hacía. Se enfrentó a un primero manso y sin fijeza, probablemente ayudado por el público que se empeñaba en que los toros saltaran y no dejaban de llamarlos. Tras la faena quiso poner una rosa al violín pero constantes fallos acabaron por enfriar al público. Finalmente cortó una oreja. En su segundo y cuarto de la tarde estuvo mucho más centrado y se pegó un buen arrimón. También el toro le ayudó más que el anterior. Lo resolvió con un metisaca y estocada desprendida consiguiendo otra oreja. En el último de la tarde consiguió dos orejas tras un toreo a caballo del clásico en el que no faltaron todo tipo de adornos que dejaron entrever su valentía y arrojo.
Hasta aquí las crónicas de nuestra feria taurina. Este año y confiando en nuestro nuevo empresario, habremos de vernos en más ocasiones por este Pespunte Taurino. Los aficionados podemos estar de enhorabuena si este tipo de carteles se siguen repitiendo en nuestro pueblo. Por ello quisiera antes de despedirme dar las gracias una vez más e incansablemente al servicio de plaza, auténticos profesionales dónde los haya que facilitan nuestra a veces difícil labor desde el callejón: gracias a Manuel, Julián, su mujer, Manuel Quirós...y a todos los que nos habéis ayudado a mi compañero Álvaro y a mi. Es un placer ver los toros con vosotros. Gracias a la empresa por su disposición y por los carteles de este año. Y a la Guardia Civil, ¡hombre!, que somos el único medio taurino local, que no nos pongan tantas pegas, que no vamos a molestar porque somos buenos aficionados y que no nos lo pongan tan difícil.
